Las elecciones vascas y gallegas han dado un único
resultado: mantener la estabilidad y las políticas acreditadas, sin ir a
inventos todavía no probados. En otras palabras, mantener la mayoría absoluta
del Partido Popular en Galicia y una mayoría cómoda al PNV de Íñigo Urkullu, que le permitirá
gobernar sin pagar peajes. Tanto el PP como el PNV salen reforzados en número
de votos en sus respectivos feudos.
Es indudable que el PSOE de Pedro Sánchez, apoyado hasta el
patetismo por Miquel Iceta (“Pedro, por el amor de Dios, líbranos de Rajoy y
del PP”, dijo el sábado), se ha hundido, tanto en el País Vasco como en
Galicia. La reacción de Sánchez ha sido un órdago: primarias el 23 de octubre y
Congreso en diciembre, y “quien tenga mejor proyecto que se presente”. Sánchez no solo ha bloqueado España, ahora
bloquea al PSOE.
Para el PSOE, si el miedo es Podemos, ahora ya hay el “sorpasso” de la formación radical, y se
camina hacia las terceras elecciones en un año. El PSOE de Sánchez sigue pidiendo “un gobierno de cambio”,
pero no es lo que quiere la gente, que
pide moderación y “madrecita que me quede como estoy”, como han demostrado
gallegos y vascos.
La pelota está ahora en el Comité Federal socialista que se
reúne el sábado, pero no está claro que pida a Sánchez que se haga a un lado,
porque una cosa son los barones territoriales y otra los miembros del Comité
Federal. ¿Quo vadis, PSOE? ¿Por qué
no dimite o se va Pedro Sánchez?
Otro derrotado ha sido Ciudadanos. Tiemblan ahora ante la
posibilidad de unas terceras elecciones. No haber sacado ningún diputado ni en
el País Vasco ni en Galicia, es un golpe muy duro.
¿Y Rajoy? Nadie pone en duda que es un político de la vieja
escuela y que sufre un desgaste importante, pero tampoco nadie duda que
elección tras elección sigue vivo y coleando. Rajoy seguirá al frente del PP en
las terceras elecciones, si las hay, al tiempo que el PP empezará a barajar su
sustitución: Alberto Núñez Feijóo, el único político del PP que ha revalidado
tres mayorías absolutas. Es un activo potente en ese partido que necesitará un
recambio en los próximos cuatro años.
Por lo demás, el radicalismo independentista del País
Vasco, EH Bildu, ha perdido cuatro diputados y su influencia en la política
vasca ha bajado, tras haber perdido y toda posibilidad de influencia importante
en el futuro gobierno. Quedan cada vez menos independentistas en el País Vasco.
Podemos, que fue el primer partido en el País Vasco en las
últimas elecciones generales, ha quedado relegado como tercer partido, detrás
de Bildu, y segundo partido por muy poco en Galicia, a gran distancia del PP.
Tenemos una semana de enconados debates, a la espera de lo
que dirá el Comité Federal del PSOE.
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